
Estos usos, estas creencias, estas pasiones se concentraron en una clase de individuos. Son delincuentes natos, los cuales no están todos en las prisiones lamentablemente. Al contrario, alienados a izquierda y derecha en el torbellino de la vida social, pueden adquirir altas posiciones, como hombres y mujeres de gobierno, directores-as de banco, millonarios-as, deportistas, papas, héroes, explotadores, criminales etc.
Y abro un paréntesis para tomar aliento.
A si que no se debe pues, afirmar que estos usos y costumbres se concentraron solamente en la clase de los degenerados natos.
Hay también otras clases sociales, el pueblo actual, criado en el cieno de la ignorancia y de la doctrina televisiva, embrutecido por la vida, cautivo de un trabajo mal pagado y peor agradecido, inconsciente de sus derechos y deberes, organizado en ocasiones por sindicatos que solamente sirven para mirarse sus propios ombligos. El pueblo, al que en muchísimas ocasiones y gracias a los medios de comunicación se le trata de ignorante y analfabeto, llevado de cadenas por los modernos negreros, que son sus patronos o las marcas que se llevan de moda este año. El Pueblo, repito, tiene muy frecuentemente, usos, costumbres y creencias de hombre primitivo. Los políticos, y las cadenas de televisión son sus hechiceros, creen en la magia, en los sueños, en los espectros y milagros. Cuando se cruzan con alguien famoso se repeinan y estiran su ropa, aunque el susodicho sea un microcéfalo, un tirano, o una ignorante como pueda ser la popular Belén Esteban. Así hacían antaño los esclavos cuando pasaba su rey ficticio.
Y no hay que pensar que la altísima sociedad se libra de esta plaga, igual que en la “bajísima”. La mayoría de ellos, nuevos ricos gracias a desfalcos, ladrillazos inmobiliarios, y artimañas varias. La altísima sociedad repito, no estudia, no trabaja y se vuelve cada día más estúpida de lo que ya era. Por que en el fondo, ellos también son analfabetos como los campesinos de países tercermundistas que aplauden a su señor cuando llega su cumpleaños y este en un ataque de generosidad les reparte “torta de cumpleaños” con sus propias manos.
A si que esta comprobación de los investigadores, explica muchos actos que á primera vista parecen absurdos, aunque ciertamente, aun hay otra fuerza, formada por grandes pensamientos, de belleza, de justicia y de solidaridad pero ¿cómo queréis hacer comprender a un pueblo hipnotizado, la magnificencia del color del mar embravecido?