domingo, 10 de octubre de 2010

El Color del Mar

Algunos investigadores han demostrado, que los usos y costumbres, los antiguos estados del alma, las creencias y las viejas pasiones de los hombres primitivos, en vez de desaparecer con el progreso de los tiempos y de la civilización _ como generalmente se podría admitir_ han llegado intactos hasta nuestros días.

Estos usos, estas creencias, estas pasiones se concentraron en una clase de individuos. Son delincuentes natos, los cuales no están todos en las prisiones lamentablemente. Al contrario, alienados a izquierda y derecha en el torbellino de la vida social, pueden adquirir altas posiciones, como hombres y mujeres de gobierno, directores-as de banco, millonarios-as, deportistas, papas, héroes, explotadores, criminales etc.
Y abro un paréntesis para tomar aliento.
A si que no se debe pues, afirmar que estos usos y costumbres se concentraron solamente en la clase de los degenerados natos.
Hay también otras clases sociales, el pueblo actual, criado en el cieno de la ignorancia y de la doctrina televisiva, embrutecido por la vida, cautivo de un trabajo mal pagado y peor agradecido, inconsciente de sus derechos y deberes, organizado en ocasiones por sindicatos que solamente sirven para mirarse sus propios ombligos. El pueblo, al que en muchísimas ocasiones y gracias a los medios de comunicación se le trata de ignorante y analfabeto, llevado de cadenas por los modernos negreros, que son sus patronos o las marcas que se llevan de moda este año. El Pueblo, repito, tiene muy frecuentemente, usos, costumbres y creencias de hombre primitivo. Los políticos, y las cadenas de televisión son sus hechiceros, creen en la magia, en los sueños, en los espectros y milagros. Cuando se cruzan con alguien famoso se repeinan y estiran su ropa, aunque el susodicho sea un microcéfalo, un tirano, o una ignorante como pueda ser la popular Belén Esteban. Así hacían antaño los esclavos cuando pasaba su rey ficticio.
Y no hay que pensar que la altísima sociedad se libra de esta plaga, igual que en la “bajísima”. La mayoría de ellos, nuevos ricos gracias a desfalcos, ladrillazos inmobiliarios, y artimañas varias. La altísima sociedad repito, no estudia, no trabaja y se vuelve cada día más estúpida de lo que ya era. Por que en el fondo, ellos también son analfabetos como los campesinos de países tercermundistas que aplauden a su señor cuando llega su cumpleaños y este en un ataque de generosidad les reparte “torta de cumpleaños” con sus propias manos.

A si que esta comprobación de los investigadores, explica muchos actos que á primera vista parecen absurdos, aunque ciertamente, aun hay otra fuerza, formada por grandes pensamientos, de belleza, de justicia y de solidaridad pero ¿cómo queréis hacer comprender a un pueblo hipnotizado, la magnificencia del color del mar embravecido?

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