lunes, 15 de noviembre de 2010

Epistolas á un obrero republicano

Segunda
    Principio doy á esta misiva mía,
de lógica trivial y pobre estilo,
procurando anudar el roto hilo
de la que te escribí en cercano día.
Del ideal político que ostentas
prentendí en mi anterior, no disuadirte
por prevención hacia él, si persuadirte
de que esperanzas vanas alimentas.
si crees que puede hallar el desgraciado
pueblo trabajador, que hoy encadena
el régimen burgués, para su pena
alivio, ó redención para su estado,
en forma de gobierno que en pie deja,
y su injusto derecho reconoce,
la apropiación individual que el goce
de la sufriente humanidad aleja.
Del obrero avisado el propio puesto
no son las filas de burgués partido;
! son las del que por verle redimido
á la lucha sin tregua está dispuesto!
Son las del que organiza las legiones
que con la vista fija en el mañana
limando van de la cadena humana
los seculares mohosos eslabones.
en ése me hallo yo, como tu sabes,
y en él está tu puesto !oh compañero!
Ven al ... [............................]
que de un hermoso porvenir las llaves
sus lemas son, y las doradas puertas
que el ideal columbra en lontananza,
á medida que aumenta su pujanza
se acerca el día ya de ser abiertas.
En él espero yo que comprendiendo 
 los intereses de tu clase, ingreses,
y sin ser ya comparsa de burgueses
estés á nuestro lado combatiendo.
                                                       
                                        A Martín Callobre
Salamanca, 17 de abril de 1906.

Publicada en la Revista Socialista el 1 de mayo de 1906.

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