Aylan Kurdi ya
forma parte de nuestro álbum de retina, una infancia truncada por una guerra,
por una migración infame, por una mafia, que se está enriqueciendo con el
sufrimiento ajeno… Aylan de tres años, no está en bañador, ni con su cubo y
pala, ni dando saltos, ni con la carita churripitosa por haberse comido un
refrescante helado… no, el pequeño yace varado en la arena, como un resto de naufragio,
como un despojo que el mar arroja a las playas en un día de resaca…Aylan seguramente
no entendió por que tuvo que dejar su casa, ni entendió por que viajaba
hacinado en una embarcación, ni siquiera entendió cuando a su padre se le escapó
de las manos… simplemente era un niño…que tenia derecho a una vida…
Lo normal a los
tres años es que disfrutes de la playa, de la arena, que corras con tus primos
y amigos, que no hagas caso a tu madre cuando te llama y te dice, que te no te
acerques a esa ola tan grande, que puede ser peligroso, lo normal a los tres
años es que rías y que llores, que duermas, y que juegues, que los problemas de
los “mayores” no te afecten, que el mundo no se fije en ti… y que pases
desapercibido y feliz con tu familia…
Ahora Aylan, está
boca abajo y de lado, como dormido, escuchando el sonido del mar y el latido de
la tierra… nosotros en nuestras casas nos horrorizamos, condenamos y escribimos
sobre el tema… pero Aylan ya no lo verá…
no será futbolista, ni médico, ni albañil, ni cantante, no verá más las
estrellas, ni el sol, no podrá elegir religión, ni credo, no probará el sabor de
la fruta madura, ni de las chuches, ni verá una película en el cine, no le traerán
regalos ni por navidad, o por su cumpleaños o simplemente por que se los merece…no
sabemos que metas hubiese podido alcanzar… lo que si sabemos es aquellas a
donde no llegó, donde se quedó… varado en un playa extraña, lejos de su hogar…
Su fotografía con
la carita pixelada, forma parte de la historia, del horror, de la infamia, un
niño varado en una playa, en pantalones cortos, con su camiseta roja… junto
aquel buitre que esperaba paciente la muerte de un niño en África, o la niña
Vietnamita, que corría desnuda, victima del Napalm, cuantos niños sin nombre ha muerto en las
guerras???? Cuantos padres lloran la perdida de sus hijos por que se les
escaparon de las manos???
Si necesitábamos una
imagen para definir la cruda realidad de los refugiados en Siria es esta, un
golpe, un Tsunami de horror, algo que nos a salpicado a todos como el ácido, no
creo que a nadie que tenga un mínimo de corazón, le haya pasado por alto esta
historia…
En la playa los
niños juegan y hacen castillos de arena, y se echan a dormir sobre una tumbona…
Aylan lo ha hecho sobre su tumba…
Estas palabras desde luego que averguenzan hasta el mimo diablo. Un beso jota
ResponderEliminarTodo da tristeza pero de verdad lo que me llevan los demonios es lo de las mafias, debo de ser muy corta porque no me entra en la cabeza que pueda haber gente tan mala que se aprovechen de esa forma de estas personas que necesitan tanta ayuda.Un abrazo Jota
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