Celebramos como cada
seis de diciembre desde 1978, el día de la Constitución.
Aunque para muchos
españoles, este día no es más que el preludio de un gran puente, unas
mini-vacaciones o un día más de fiesta para poder satisfacer la fiebre de
compras navideñas, que paradójicamente siempre nos entra después de ponernos la
vacuna de la gripe.
Constitución de 1978. Firmada por el Rey, con el águila de San Juan, Símbolo de la bandera de España desde los reyes Católicos a si que eso de "pre-constitucional" es un cuento, como tantos. |
Pocos recuerdan el
por qué de este día o la relevancia que tiene en nuestra historia pasada y
presente.
Algunos, se tomarán
el día, para usar un derecho constitucional, para protestar contra la propia
constitución, no lo entendéis??? La verdad es que no hay quien lo entienda,
pero así es.
Otros, que juraron
la constitución, no acudirán a los actos, por que cogieron unas rabietas
enormes, por no coincidir los colores de la bandera, la lengua, o que no tenía
helados de su sabor preferido, pues vete tu a saber que es lo que piensan estos
políticos.
Este año, creo que
es el primero, donde un presidente en funciones y otro que pronto será
presidente, acudirán a los actos programados para celebrar esta gran fiesta.
Y si, es una fiesta,
pero además es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España,
más que le pese a aquellos que quieren tener reinos inexistentes ganados en
batallas imaginadas, a esta norma suprema, están sujetos los poderes públicos y
los ciudadanos de España, todos y cada uno de ellos, pues para eso fue
ratificada en referéndum, el 6 de diciembre de 1978 y sancionada (confirmada)
por el Rey Juan Carlos I el 27 de diciembre del mismo año.
La promulgación o anuncio de la Constitución, implicó la
culminación de la llamada Transición Española, que tuvo lugar como consecuencia
de la muerte del anterior jefe de Gobierno, la cual precipitó una serie de
acontecimientos políticos e históricos, que transformaron el anterior Régimen en un Estado Social y Democrático de Derecho,
(también de obligaciones pero eso se nos olvida a menudo) bajo la forma política
de Monarquía Parlamentaria. (Esto quiere decir, que el Rey no Gobierna, pero se le paga
igualmente).
Su título
preliminar, (el de la Constitución, no el del Rey) proclama un Estado Social y
Democrático, como he dicho antes, de Derecho, (también de obligaciones) que
propugna como valores superiores de ordenamiento jurídico, la libertad, la
justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Bueno, una cosa es
que lo propugne y otra que pase en la realidad, pues la libertad de cada
español, se ve mermada a menudo por el libertinaje de otros, coartando, así uno
de esos valores superiores, e indignando al resto por tal acción.
La justicia, todos sabemos que es ciega, a
veces sorda y muda, la pobre no tiene desperdicio, y continuamente comprobamos
impunes, como esta, se promulga a favor de “los malos” en detrimento de “los
buenos”, tan solo por unas leyes, de aquí y de allí, que no dejan indiferente a
nadie, pero que favorecen, en España al
menos, al delincuente, estafador, asesino, violador etc.etc.etc.
La igualdad, este valor es punto y aparte, En España, la
igualdad solo se ve a la hora de votar, o sea igual da que votes a uno que a
otro, por que en lo que da sentido a la palabra o sea equivalencia, semejanza o
paridad de eso aún nos queda mucho camino por andar.
Estadísticamente está
demostrado que la mujer tiene más capacidad para el estudio que el hombre, pero
en cambio, los mejores puestos, y los mejor pagados en este país, son de los
hombres, si exceptuamos a Leyre Pajín, que es la excepción, que nos confirma
toda clase de reglas.
Los hombres hacen
las leyes, los hombres se las saltan también, los hombres se presentan a
presidentes de gobierno, las mujeres a presidentas de las Ampas, parece igual
pero no es lo mismo.
Las cifras de paro
en las mujeres son escandalosas, si se pueden comparar con las de los hombres,
siendo estas mas perjudicadas, en muchas facetas del día a día.
Y la cuestión no es
como en política que hay cincuenta de esto, cincuenta de aquello, la cuestión
es, el miedo que tiene el género masculino a dejar en manos del femenino,
ciertas cosas, que le darían un indiscutible poder, y ese miedo, intrínseco, es
el que nos tiene atrapadas, en esta “igualdad” que nos degrada cada día más.
En la Constitución
también se afianza el principio de soberanía popular, es decir, el pueblo
decide en las urnas, al gobernante que quiere tener, eso si dentro de los que
se presentan, o sea que esa “soberanía” está coaccionada con los partidos, pues
si te ponen a un burro para que lo votes, solo tienes dos opciones, hacer
presidente al burro, o votar en blanco, elegir siempre votar, para ejercer tu
derecho.
El pueblo soberano,
se tiene que doblegar a la forma de gobierno de monarquía parlamentaria, es
decir, el pueblo es soberano, pero los que mandan son los de siempre, El Rey
por ejemplo no es dueño de la casa en la que vive, pero solo la disfruta el,
nadie de los que no tienen casa en este país, se atreve a ir a pasar la noche,
ni a ningún palacio real ( tienes que irte a los imaginarios), eso si, son de
todos los españoles, pero para visitarlos tenemos que pagar entrada, es muy incongruente
y extraño todo, pero son cosas de leyes, que los españolitos de a pié no
entendemos, ( y no digamos las mujeres, si además somos rubias).
El caso es que
mañana es seis de diciembre, para todo el que se quiera acordar de este acuerdo
histórico, y para que el que no, pues hale, a trabajar, que dicen los
empresarios, que se pierde mucho tiempo en temas de festejos, que hay que
trasladar las fiestas a los lunes, a si
que ahora navidad podrá caer en cualquier día del mes, y no precisamente el 25.
La
constitución no define ni determina cuál es el lenguaje revolucionario y cuál
no, y por tanto, no puede condenar este o el otro. Pero si determinara, ¿nos
hacéis tan tontos que no lo tuviéramos en cuenta?
Samuel Fielden
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