Desde su establecimiento en la mayoría de los países, por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París, en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los “mártires de Chicago”.
Trabajadores sindicalistas que fueron ejecutados en EEUU por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886, y su punto álgido tres días más tarde el 4 de mayo en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores, en sentido general, y que se celebra en muchos países.
Chicago 1 de mayo de 1886 |
Famosa imagen sobre la construcción de un rascacielos en New York |
La pregunta es, quien saldrá a la calle el uno de mayo, aquellos trabajadores que aún conservan su empleo, pero recortado su sueldo y subido su edad para jubilarse, o aquellos que cada día engrosan las listas del paro????
Es una paradoja de la vida, que se tenga que celebrar este día precisamente cuando más parados y descontentos sociales hay en esta nuestra nación.
Hace algunos años, la Fiesta del Trabajo era una inquietud social, las palabras Socialismo, huelguistas, 1º de mayo, parecían sinónimas de exterminio, desolación y crueldad.
Desde los pulpitos, en la burguesía y en los clubs aristocráticos pasaba un escalofrío de terror. También en las gacetillas de los diarios gubernamentales, en los Gobiernos Civiles, acuartelamiento de las tropas y como dije antes, la religión que a mi parecer ni pincha ni corta en estas cuestiones, gritando con voz de falsete.
Más vale que se aplicaran aquello de “a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.
En este terror se intentaba abrir camino al odio, inculcar á los cobardes, á los ignorantes, á los inconscientes, el convencimiento de que había que defenderse contra un enemigo común y terrible.
Madrid 1 de mayo de 1911, cien años y estamos en las mismas. |
Lo cierto es que la vida nos enseña a que no es preciso derribar ídolos, porque se desmoronan ellos mismos. Ahora la clase media, podrá comprender al fin su verdadera fuerza, aquel instinto de conservación que nos unía a unos, puede que ahora nos una a los otros. Elevándonos cuando hemos tenido que descender tanto.
Suena algo de estas peticiones con las actuales???? |
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